CINE Y PEDIATRIA 6
cine y pediatría 6 177 Poniente (Chus Gutiérrez, 2002), En el mundo (Michael Winterbottom, 2002), Quiero ser como Beckham (Gurinder Chadha, 2002 [Cine y Pediatría 305]), Extranjeras (Helena Taberna, 2003), Un franco, 14 pesetas (Carlos Iglesias, 2005), Ghosts (Nick Broomfield, 2006), 14 kilómetros (Gerardo Olivares, 2007), Retorno a Hansala (Chus Gutiérrez, 2008)… y un largo etcétera. Algunas de estas películas llevan en su título un denominador común , como son Un sueño americano (King Vidor, 1944), América, América (Elia Kazan, 1963), L’America (Gianni Amelio, 1994) o En América (Jim Sheridan, 2002 [Cine y Pediatría 89]), película que ha formado parte de Cine y Pediatría como esos recuerdos de la infancia de una familia irlandesa desde la Gran Manzana. Y hoy traemos a esta sección la película canadiense Amerrika (Cherien Dabis, 2009), basada a grandes rasgos en la experiencia de la propia directora , ópera prima en el largometraje de esta directora de nacionalidad palestino-estadounidense y que se asoma, en tono autobiográfico, a la aventura de una madre palestina y su hijo adolescente que se trasladan con unos familiares al Illinois rural durante la invasión de Irak de 2003. Porque, como nos explica la directora, su familia palestino/jordana fue inmigrante y, como la mayor parte de los inmigrantes, llegaron a Estados Unidos esperando lograr el sueño americano. Pero lo que encontró fue algo totalmente diferente y es precisamente esta lucha de los inmigrantes la que le empujó a escribir y dirigir Amerrika . Y como nos explica su directora: “Cuando me preguntan de dónde soy, para mí siempre es una pregunta confusa. Mis padres inmigraron a los Estados Unidos antes de que yo naciera, pero regresábamos a Jordania todos los veranos. No era suficientemente americana para los americanos, ni suficientemente árabe para los árabes. Mi propio deseo de encontrar un lugar al que llamar hogar, un lugar al que perteneciese… siempre formó una parte importante de mi identidad” . Su padre (como en la película) fue médico y necesitó 14 años para lograr un consultorio con éxito, pero bastaron unos días para que todo se derrumbase cuando sus pacientes lo abandonaron durante la Guerra del Golfo de 1991 (momento en que muchos árabes se sintieron como chivos expiatorios y cuya xenofobia se acrecentó tras los atentados del 11S del 2001, momento en que la persecución al árabe se institucionalizó en Estados Unidos ).
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