CINE Y PEDIATRIA 6

cine y pediatría 6 17 N ada más simbólico, más sugerente, que el cine para conformar las representaciones colectivas del mundo desde la infancia. Con el cine hemos aprendido a soñar, a amar, a odiar, a reír y a querer ser el otro, el protagonista de tantas historias y aventuras. He tenido la inmensa suerte de vivir el cine desde los dos lados del escenario. Como espectadora recuerdo cientos de películas que llenaron mi infancia y adolescencia de lágrimas, de sonrisas, de héroes y antihéroes, de lugares tan alejados de donde vivía y a la vez tan cercanos a fuerza de verlos en las salas de proyección. Creo que todos hemos pasado por la experiencia de ir por primera vez a Nueva York, por ejemplo, y sentir que ya conocemos esa ciudad, sus rascacielos, su cosmopolitismo, su acogida y hacemos nuestros los relatos que allí transcurrieron y que vimos un día sentados en esas enormes salas de cine, más enormes si cabe viéndolas desde nuestra pequeñez de niños. Por otro lado, he tenido la suerte de vivir el cine desde dentro: mi padre era un gran actor (D. José María Caffarel), también fue un gran padre, pero eso no viene al caso. Tuve la oportunidad de acompañarle en multitud de rodajes y viví, siendo muy niña, la magia del cine, cómo se transformaban los actores a partir del vestuario y de los maquillajes, cómo se creaban escenarios ficticios en los estudios Roma o en los Bronson, adquiridos por Pilar Miró para TVE como estudios Buñuel cuando el plan de urbanismo de 1984 quería demolerlos para construir viviendas dentro del llamado Plan Chamartín. Una secuencia, de nuevo la repetición de esa secuencia y así hasta la extenuación para que el resultado fuera perfecto y después, como espectadores, no tuviéramos la menor duda de la veracidad de la historia narrada. La vida de los actores parece siempre glamurosa y eso está bien, porque forman parte de ese imaginario colectivo al que a todos nos gustaría pertenecer, pero el cine no es solo eso, es sacrificio, muchas horas de estudio y ensayo, de pasar frío en rodajes que simulaban verano en pleno mes de enero o, por el contrario, de pasar calor en rodajes de época en pleno mes de agosto. Pero ese sacrificio les merece la pena a cuantos se dedican a la industria del séptimo arte. Es más, “ Vivir el cine por fuera y por dentro... y también en español “ Prólogo Desde el punto de vista del cine

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