CINE Y PEDIATRIA 6
cine y pediatría 6 195 Tano (Juan José Ballesta), un adolescente que se encuentra recluido en un reformatorio, obtiene un permiso para acudir a la boda de su hermano mayor, Santacana (Vicente Romero). Durante esa salida del centro, volverá a encontrarse con Richi (Jesús Carroza), con su antigua novia y con sus colegas del barrio, con los que se meterá en más de un problema. Tano se siente libre y ejerce esa libertad con toda la fuerza y el atrevimiento de la adolescencia, pero, a medida que transcurre su estancia fuera del centro, también asiste al derrumbamiento de todos sus referentes: el barrio, la familia, el amor y la amistad. Más allá de un permiso de 48 horas, la libertad de Tano se convierte en un viaje impuesto hacia la madurez, un viaje con un final dudoso. Solo así se entienden las palabras de Tano a Richi: “Si algún día me convierto en un pringao así, te pillas una pistola, la más grande que encuentres, te acercas por detrás sin decírmelo y pum, un pringao menos…”. Porque Tano y Richi son dos “perros callejeros” con reminiscencias de ese cine que se hacía, de forma muy prolífica, en la España de la transición. Y vienen a nosotros ejemplos como el nombre paradigmático de Eloy de la Iglesia ( Navajeros , 1980; Colegas , 1982; El pico , 1983), Carlos Saura ( Deprisa, deprisa , 1980) o, más recientemente, Fernando León de Aranoa ( Barrio , 1998 [Cine y Pediatría 72]). No obstante, pese a la reiterada y manida exposición del citado conflicto de los conocidos como “perros callejeros”, Alberto Rodríguez ha conseguido un resultado correcto con 7 vírgenes , con éxito de crítica y público, merced a su espléndida dirección de actores, especialmente el mano a mano entre nuestro conocido Juan José Ballesta y el menos conocido Jesús Carroza (quien recibió, como Mejor Actor Revelación, el único Goya de las seis nominaciones a la película), pero también el resto del reparto, debutantes que completan el elenco juvenil (y sacados de un casting por los institutos del barrio de Sevilla donde se rodó íntegramente la película). Una película verosímil sin exceso, realista sin regodeo, y con una profunda humanidad de sus personajes, principales y secundarios. Hasta tal punto que llegamos a conectar con Tano y Richi, a pesar de que estos vivan al margen de la ley, ese extremo de vida que les ha llevado a un presente gris y a un futuro nada alentador para
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