CINE Y PEDIATRIA 6
cine y pediatría 6 205 de verdad y para decir cosas tan sensatas como “A veces no hacemos cosas para evitar que los demás sepan que las hacemos” . Lucius y también Noah Percy (Adrien Brody), un joven retrasado, admiran a Ivy apasionadamente, a pesar de que en el corazón de ella solo hay lugar para uno de ellos, y parece el prolegómeno de que la tregua entre el pueblo y las criaturas está llegando a su fin. Dos veces intenta Lucius cruzar el bosque, pero será Ivy quien lo consiga, porque lo solicita en el momento adecuado, cuando ha abrazado el amor y ha perdido el miedo (como una Caperucita amarilla) a los monstruos (los reales y los simbólicos) que viven entre tinieblas. Hay que tener claro que El bosque no es una película de miedo, sino que habla del miedo , ese sentimiento tan primitivo y poderoso que todos los seres humanos hemos sentido alguna vez, tan poderoso que ha sido muchas veces utilizado como instrumento con el que alcanzar determinados fines, ya sean oscuros u honestos, planteándose la eterna duda de si el fin justifica los medios. Y en la película aparece otro sentimiento tan primitivo y poderoso como el miedo, entrando en conflicto con este: el amor. Porque el amor intenta llenarlo todo. Como cuando Ivy le dice a Lucius: “Cuando estemos casados, ¿querrás bailar conmigo? Bailar me resulta muy agradable” o la sentencia “No es bueno sacrificar un amor por otro amor” . O la justificación del padre de Ivy al pueblo, justificando por qué la ha dejado cruzar el bosque: “El mundo se mueve por amor” .
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