CINE Y PEDIATRIA 6

28 pegadiza que ofrecen un resultado conmovedor y nos permite cuestionar y reflexionar sobre el valor de las costumbres, a través de los distintos ejemplos de interacción de la familia (especialmente el binomio padres-hijos) en los primeros 18 meses de vida. Y lo hace con cuatro bebés de entornos y culturas diferentes: dos de países del tercer mundo y de un medio rural (Ponijao en Opuwo, Namibia, vive en la sabana en el seno de una familia de ganaderos con su padres y diez hermanos; y Bayar en Bayanchandmani, Mongolia, vive en la estepa, también en una familia de ganaderos y convive con un hermano) y dos de países del primer mundo y en un medio urbano (Mari en Tokio, Japón, es hija única de un matrimonio dedicado a la moda y viven en un pequeño apartamento; y Hattie en San Francisco, Estados Unidos, es hija única de un matrimonio con profesiones liberales). • Reflexionar sobre los distintos caminos que nos llevan a la escuela: Camino a la escuela (Pascal Plisson, 2013 [Cine y Pediatría 265]). Una película patrocinada por la UNESCO y que UNICEF Comité Español considera que es una magnífica oportunidad de comunicar la importancia que tiene el derecho a la educación y cómo deben ser apoyadas todas aquellas iniciativas que contribuyen día tras día a su cumplimiento. Una película documental que narra la historia real y extraordinaria de cuatro niños, héroes cotidianos (Jackson, Zahira, Carlos y Samuel) que deben enfrentarse diariamente con una multitud de adversidades y peligros para llegar a la escuela. Estos niños viven en cuatro puntos muy distantes de la tierra (Kenia, Marruecos, Argentina e India), pero comparten las mismas ganas de aprender y son conscientes de que solo la educación les abrirá las puertas a un porvenir mejor. Pura poesía y pura enseñanza de vida en sus caminos a la escuela, una enseñanza para todos con esta verdadera aventura humana que es vivir y educarse. Porque hay películas que emocionan y otras que conmocionan. Y las hay que consiguen ambos valores como esta pequeña obra de arte. La frase final de la película es contundente como lo es el camino de la educación, de la vida y del corazón: “Venimos a este mundo sin nada y nos vamos sin nada…”. • Reconocer a los niños como nuestros pequeños filósofos: Solo es el principio (Pierre Barougier y Jean-Pierre Pozzi, 2010 [Cine y Pediatría 155]). Una sorpresa gratificante, una pequeña joya del séptimo arte y una delicia para los sentidos más inteligentes y sensibles del ser humano. Condiciones previas para disfrutar de esta película de principio a fin son tres: afinidad con la infancia como una etapa fundamental y apasionante de todo ser humano; estar convencido de que la

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