CINE Y PEDIATRIA 6
sirvan dos ejemplos: el romano Federico Moccia a la cabeza o el sevillano Francisco de Paula Fernández, alias Blue Jeans. En ellos nos detendremos, con la literatura y el cine de y para adolescentes como principio y fin. El caso de Federico Moccia es francamente peculiar. En 1992 escribió su primera novela, “Trei metri sopra il cielo”, que casi pasó desapercibida; y, sin embargo, cuando se reedita 12 años después, fue todo un éxito y se llevó a la gran pantalla, tanto en Italia ( Tre metri sopra il cielo , Luca Lucini, 2004) como en España, años después ( Tres metros sobre el cielo , Fernando González Molina, 2010), en este caso con Mario Casas y María Valverde como estrellas protagonistas de esta película que ya se viene a denominar con las siglas 3MSC. Moccia ha ido publicando distintas novelas a partir de ese momento de éxito y todas ellas han ido pasando por la vicaría del cine: • En 2006 publicó “Ho voglia di te” que también tuvo su doble versión en el cine, tanto la versión italiana ( Ho voglia di te , Luis Prieto, 2007) como la española ( Tengo ganas de ti , Fernando González Molina, 2012), en donde aparece la misma pareja protagonista que en la anterior y a quienes se suma Clara Lago. • En 2007 fue el momento de “Scusa ma ti chiamo amore”, y volvió a sufrir la doble versión cinematográfica, la italiana dirigida por el propio Federico Moccia en 2008, Scusa ma ti chiamo amore, y la adaptación española dirigida en 2014 por Joaquín Llamas, Perdona si te llamo amor . • Y es el propio autor, el propio Federico Moccia, quien volvió a adaptar al cine dos de sus novelas, con título homónimo: en el año 2009 lo hizo con Amore 14 y en el año 2010 con Scusa ma ti voglio sposare . Lo cierto es que Moccia se ha convertido en uno de los fenómenos editoriales más asombrosos de los últimos tiempos. Sus novelas se han convertido en referente indiscutible para el público joven, que se ha visto reflejado en las historias y ha sentido su autenticidad, así como la conexión que guardan con la realidad social del momento. Incluso la ciudad de Roma tiene ya la “ruta Moccia”, las frases de sus libros se escriben en las paredes de la ciudad y, como sucede con los protagonistas de su segunda novela, miles de jóvenes italianos sellan su amor atando un candado en las farolas del puente Milvio, acto que ha sido imitada en todo el mundo en estructuras similares, donde miles de personas han llenado las ciudades de candados del amor.
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