CINE Y PEDIATRIA 6

48 publicado: sábado 24 de enero de 2015 Cine y Pediatría [263] Esta historia y este personaje centran nuestra película de hoy: El niño de barro (Jorge Algora, 2007). Una serie de crueles asesinatos a niños se extiende por todo Buenos Aires en 1912. Mateo (Juan Ciancio), un niño de diez años, esconde un secreto: a veces su mente y sus pesadillas le conducen a un oscuro lugar de la memoria en donde es testigo de los asesinatos. Al descubrirse su secreto, se convierte en el principal sospechoso. Estela (Maribel Verdú), su madre, y el forense de la policía (Chete Lera), tratan de encontrar una explicación racional a las visiones y así vencer el escepticismo del comisario Petrie (Daniel Freire). Van en busca de un fotógrafo pedófilo, el cual ha utilizado a Mateo y sus amigos para fotografías, pero los asesinatos siguen ocurriendo. Y así llegamos al final de la historia, lo mejor de la obra, y esa pregunta del comisario al pequeño asesino: “Una última pregunta, ¿has llorado alguna vez…?” . Jorge Algora no es Fritz Lang y El niño de barro no admite demasiadas comparaciones con M, el vampiro de Düsseldorf (1931), pero es una obra más que considerable, dado lo complicado del tema a tratar y que es la ópera prima de este directo madrileño que lleva años dirigiendo documentales como Terra de náufragos (2003) y Camino de Santiago (2003), así como programas de televisión y publicidad. Y se atreve con esta dura película que aborda la violencia en el mundo infantil con sutilidad y combina una efectiva trama de intriga criminal, con toques fantásticos y numerosos elementos dramáticos en torno a la soledad, la pederastia y los malos tratos, al mismo tiempo que analizar las consecuencias de la violencia en los niños. No es la primera vez que aparecen niños psicópatas a las páginas de Cine y Pediatría . Hay precedentes como El niño que gritó puta (Juan José Campanella, 1991 [Cine y Pediatría 171], Inocencia interrumpida (James Magold, 1999 [Cine y Pediatría 46]), Las vírgenes suicidas (Sofía Coppola, 1999 [Cine y Pediatría 196]), Bowling for Columbine (Michael Moore, 2002 [Cine y Pediatría 68]), De mayor quiero ser soldado (Christian Molina, 2010 [Cine y Pediatría 189]), Una historia casi divertida (Ryan Fleck y Anna Boden, 2010 [Cine y Pediatría 118]), Cruzando el límite (Xavi Giménez, 2010 [Cine y Pediatría 49]) o Tenemos que hablar de Kevin (Lynne Ramsay, 2011 [Cine y Pediatría 122]), entre otras.

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