CINE Y PEDIATRIA 6
cine y pediatría 6 53 Tres películas españolas de Ladislao Vajda con sabor a infancia en blanco y negro, con la esencia de Pablito Calvo. Pero es un años después, en 1958, cuando filma la que podemos considerar su obra maestra , una película coproducida con Suiza, filmada allí y con un reparto de actores alemanes. Hablamos de El cebo , un alarde de guión y de fotografía en blanco y negro, una película que gana en cada visionado, una película que nos transporta al mejor Fritz Lang ( M, el vampiro de Düsseldorf , 1931) y al mejor Charles Laughton ( La noche del cazador , 1955 [Cine y Pediatría 92]), al más puro expresionismo que nos regala el cine en blanco y negro. Un guión que rompe con los esquemas , porque es una película de suspense en que el detonante aparece a los tres minutos de comenzar: “Señor Mattei, ha ocurrido algo terrible. He encontrado a una niña muerta, he tropezado con el cadáver” . Una película clásica en tres actos: • En el primer acto, descubrimos a una niña asesinada en un bosque, en un pacífico cantón suizo. Un falso culpable que se ahorca. Un inspector de policía, Matthäi (Heinz Rühmann), que no se resigna a aceptar la supuesta autoría del crimen y decide seguir indagando. Y en la escuela lo explica así a los niños: “Un hombre, un hombre malo ha matado a la pobre Greta. Hay hombres así de malos. Atraen a los niños a un escondite, a un bosque, a un sótano o a un coche. Siempre buscan lugares escondidos. Y, a veces un hombre así hace tanto daño a una niña que la niña muere. Eso es lo que le ha pasado a Greta. Hay que encerrar a los hombres que hacen cosas tan malas. Preguntaréis porque no les encerramos antes de que cometan esos crímenes. Pues no podemos hacerlo porque no hay forma ninguna de reconocerlos. No se les nota en nada, pero hay un modo de evitarlo. Nunca habléis con un desconocido, no vayáis con nadie que no conozcáis” . • En el segundo acto, una idea hace tambalear los propios pilares morales del inspector Matthäi, pero parece la única forma de atrapar al asesino, y origina el título de esta película: atraer al psicópata a una trampa, poniendo a una niña como cebo y arriesgando la vida de esta. Compra una gasolinera y en ella logra convencer a una madre soltera (María Rosa Salgado, la única actriz española en el reparto) que trabaje para él y que venga a vivir con su pequeña hija Annemarie (Anita von Ow), el cebo perfecto para el asesino de niñas.
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