CINE Y PEDIATRIA 6

cine y pediatría 6 75 ¿De dónde procede este universo que Alice Rohrwacher crea en este “su” peculiar país de la maravilla? Es posible que mezclara algunas obras de Bioy Casares, Federico Fellini, Víctor Erice y el propio Ermanno Olmi para crear una película inclasificable. El país de las maravillas se maneja en la pantalla con mundos imaginarios y a la vez reales, algo similar a la pura metáfora creada por Bioy Casares en “La invención de Morel”. También apunta influencias del neorrealismo de Federico Fellini, devenido en romanticismo fantástico con Amarcord (1973) como estandarte. Y es difícil que las colmenas de la película y el protagonismo de las niñas no dirija nuestro recuerdo hacia el cineasta de la luz, Víctor Erice, y su emblemática película El espíritu de la colmena (1973 [Cine y Pediatría 60]). Pero en realidad esta película crea su propia irrealidad, en un drama donde se enfrentan dos visiones de la Italia actual. Primera visión: la rural o tradicional , representada aquí hiperbólicamente por Gelsomina (Maria Alexandra Lungu, debutante en estado de gracia) y su familia (un padre alemán, una madre italiana, sus tres hermanas pequeñas y una tía), que vive con los ojos abiertos de par en par en la granja alrededor de enjambres de abejas, mientras rechazan todo lo que tenga que ver con la modernidad y el progreso. Segunda visión: la global y tecnológica , reflejada en el mundo televisivo, más concretamente en el reality show “Village Wonders” y esa diva de la televisión (y del panorama cinematográfico, la maggiorata del siglo XXI en Italia: Monica Bellucci) que ha alterado la existencia de la comarca y que entra en la vida y en los sueños de Gelsomina. En ambas visiones las maravillas pueden enraizar y servir de sustento para recrear esta fábula diferente e imperfecta. Porque Gelsomina ha aprendido a vivir en perfecta armonía con la naturaleza, sin tener contacto con la sociedad. De ello se ha encargado su padre, fanático religioso y autoritario, quien les educó a ella y sus hermanas para que esperaran en su granja el advenimiento del fin del mundo, unidas y sin permitir la contaminación de la pureza desde el exterior. Rorhwacher retrata un mundo en proceso de desmoronarse a través de los ojos de Gelsomina,

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