CINE Y PEDIATRIA 6

88 publicado: sábado 28 de marzo de 2015 Cine y Pediatría [272] compañera judía, intenta conservar la amistad de un joven tetrapléjico (posiblemente afecto de una esclerosis lateral amiotrófica), intenta respetar a su familia y ser respetado por su padre, intenta conservar el cariño de la madre de su amigo (Yaël Abecassis). Y es así como Eyad (Tawfeek Barhom) está constantemente a la fuga, con un conflicto permanente entre quién es, quién se supone que es, y lo que se espera de él. Pero, cansado de no ser aceptado por sus orígenes y cegado por la ambición de ser admitido en sus nuevos círculos, Eyad comprende que tendrá que sacrificar su auténtica identidad para ser aceptado: tendrá que tomar una decisión que puede cambiar su vida para siempre. Una historia en la que el deseo por encajar, la solidaridad, la violencia ciega y la posibilidad de convivencia pacífica son los temas principales. Porque Eyad es criado como palestino en el odio a los israelíes, pero la vida le lleva a adoptar la identidad de su amigo israelí fallecido por una enfermedad terminal y decide ser “adoptado” como el nuevo hijo de una madre israelí, que le ama y le respeta. Y es así como nuestro protagonista empieza a sentirse fascinado por quienes debería odiar, hasta el punto de cuestionarse la relevancia de sus orígenes y la educación recibida en esa travesía del desierto emocional e intelectual que es crecer en la adolescencia, antesala de una madurez en la que nada es seguro, salvo la conciencia de haberse reinventado a sí mismo de acuerdo con la desesperación que le ha procurado la experiencia.

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