CINE Y PEDIATRIA 7

114 publicado: sábado 9 de abril de 2016 Cine y Pediatría [326] madre: “¡Yo ya no puedo más! ¡Quédeselo porque no puedo más!”. Y en la siguiente escena regresa Malony al despacho de la jueza, ya con quince años y por conducir sin carnet . Y la asistente social que dice: “Desde septiembre solo ha ido cinco días a clase. Es muy inquieto, ha destrozado material escolar, ha faltado el respeto a los profesores…”. Se le aplica un educador para seguimiento y una escena límite pone al niño al borde del abismo. Y el tercer encuentro con la jueza de menores con la declaración de una madre poco responsable: “Desde que sabe andar es un delincuente… Estoy cansada. Cansada de seguirle por las comisarías, los tribunales, no puedo más… He creado un monstruo” . Y a continuación viene el paso por un centro de internamiento y recuperación de jóvenes, paso previo para evitar la cárcel. La escritura de la carta de motivación es todo un hito de la enseñanza y la paciencia. El nuevo educador, Yann (Benoît Magimel), tiene un pasado similar al chico, y fue reeducado gracias al apoyo de la juez con la que ahora colabora intentando reinsertar menores en estado límite. Yann y Florence intentan salvar de la cárcel a este joven lleno de odio hacia su vida y hacia la vida, de rencor hacia todos los que le rodean, casi sin excepción… “Toma las manos que te extienden. Es el momento” , le dice la jueza, y se lo intenta defender hasta el extremo: “A un abogado le cuesta oír que la prisión es un lugar donde calmar a un joven. Aunque hay que decir que es irresponsable, también debe decirle que sufre. ¿Y qué prisión

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