CINE Y PEDIATRIA 7
cine y pediatría 7 127 prescinde de todo efectismo y de toda superficialidad; en lo temático porque bucea en la sencillez de la vida cotidiana, y no lo subordina todo a la violencia por la violencia, a la rapidez por la rapidez; y también es una alternativa en lo narrativo porque parte de unos modelos de guion y de héroe al margen de los patrones clásicos, y que se asemejan a la vida real. Se podría decir que lo más parecido en Occidente al cine iraní contemporáneo fue el neorrealismo italiano. Una mirada transparente, sencilla, cotidiana, pero no carente de sentido crítico. Un redescubrimiento de la naturaleza, de los gestos, del color y de las metáforas visuales. Se descubren tres características en el cine iraní: 1) la implicación del espectador por el uso del fuera de campo (hay mucho cine alrededor de la pantalla que el espectador debe incorporar con su imaginación); 2) la preocupación por la situación de la mujer, mujeres secuestradas bajo un régimen dictatorial en todos los niveles que la imaginación pueda concebir (religioso, político, social, cultural, económico), y 3), sobre todo, la importancia que tienen las miradas de los niños en el cine iraní, miradas limpias con las que quiere identificarse el ojo de la cámara para mostrar y (de)mostrar historias. Pocas cinematografías han utilizado tanto (y tan bien) a los niños en sus películas como el cine iraní. Y el proyecto Cine y Pediatría comenzó su recorrido recordando algunas bellas películas (Cine y Pediatría 9, 10 y 11), recomendables para el amante del buen cine (o de un cine diferente), no exentas tampoco de imágenes de dureza y desamparo, símiles poéticos de situaciones sociales reales, de las que no escapan los niños. Niños no actores que se encarnan como protagonistas de muchas de
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