CINE Y PEDIATRIA 7

178 publicado: sábado 16 de julio de 2016 Cine y Pediatría [340] su vida adquiere rasgos excepcionales a los ojos de los espectadores, desorientados por una realidad tan conmovedora y cruel, tanto que duele al otro lado de la pantalla . Planos directos de Ana, Andreea y Totonel en los que aprendemos a conocer tanto su vulnerabilidad como su fuerza, donde el director apenas interviene y la continuidad narrativa solo pertenece al azar de la vida. Y como espectadores tomamos conciencia de la dramática situación y de su determinación para vivir sin familia, entre una sociedad que nos aparece como una fuerza deshumanizada y represiva que margina a los más desfavorecidos y los relega a una miseria sin salida. La desesperación, simbolizada por la droga, es una amenaza constante que vacía a los seres de su sustancia y aleja a unos de otros: los tíos, abandonados, se chutan delante de los niños como vampiros que amenazan con contaminar su sangre. A la fuerza, Ana acaba por caer en el tráfico y la adicción, dejando solos a Andreea y Totonel: “No me importa. Es su vida. Yo también tengo una y hago lo que me da la gana con ella” . Y así, Totonel llega tarde a la escuela, porque no duerme bien en una casa invadida de miseria y miserables. Incluso llega a estar solo (con Ana en la cárcel y Andreea buscando otros hogares) y con fría naturalidad explica a un vecino: “¿Ilie? Está en el trullo. Lo han trincado… A las siete de la mañana estábamos durmiendo. Han roto la puerta y después han entrado a por nosotros”. En este ambiente donde todo es caótico, como sus vidas, como el pasado que se intuye, el presente que se ve y el futuro que se augura, algo de luz aparece en el caos y lo hace (una vez más) en forma de música y baile, en este caso, en forma de hip hop . También hay educadores y trabajadores sociales con buena intención. Pero se nos antoja solo aparente, pues dos conversaciones en el tramo final dejan más sombras que luces: • Cuando Andreea le dice a Ana, su hermana mayor, aún enganchada a la droga tras salir de la cárcel y ya conocedora de que es seropositiva: “ Todo depende de ti. Cuando saliste del talego, dijiste: “Yo voy a estudiar, yo voy a trabajar”. No has hecho nada de eso. Al hospital no quieres ir para que te ingrese o hacer algo” . • Y la declaración de la madre a su hija mayor, tras salir de la cárcel con una condena de casi siete años por tráfico y consumo de drogas:

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