CINE Y PEDIATRIA 7
36 publicado: sábado 2 de enero de 2016 Cine y Pediatría [312] C ine y Pediatría ha dedicado muchas entradas a películas donde la docencia es el tema nuclear y la figura del maestro o profesor el personaje principal. Hace más de cuatro año publicamos un par de posts seguidos, bajo el título de “Adolescentes, institutos y profesores” [Cine y Pediatría 61] y “Cuatro joyas del cine francés reflexionan sobre la aventura de educar” [Cine y Pediatría 62], en los que destacábamos varias películas, un listado siempre incompleto, pues en él solo hacíamos una mínima referencia a una película imprescindible: Profesor Holland (Stephen Herek, 1995), un oasis en la carrera de su director, quien dirigió películas tan mediocres como 101 dálmatas, ¡más vivos que nunca! (1996) o Es… el gurú, una incontrolable tentación (1998). Porque si hablamos de la carrera docente como vocación, de la satisfacción que causa el haber formado a una generación tras otra, el haber influido en sus vidas, no hay duda de que esta película ocupa un lugar de honor, con el personaje interpretado magistralmente por Richard Dreyfuss : Glenn Holland , compositor frustrado, profesor de música, padre insatisfecho, en lo que parece una mezcla perfecta entre Charles Edward Chipping ( Adiós, “Pro f esor Holland”, somos su sinfonía, somos la música de su vida…
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