CINE Y PEDIATRIA 7
40 publicado: sábado 2 de enero de 2016 Cine y Pediatría [312] Profesor Holland plantea un recorrido por cuatro décadas en la vida de Glen Holland y durante ese tiempo (de 1965 a 1995) apreciamos la vertiginosa evolución de la sociedad norteamericana (que se nos refleja en la película por medio de acontecimientos clave en Estados Unidos, con cierta similitud a como lo hiciera Robert Zemeckis un año antes en Forrest Gump [Cine y Pediatría 132]: la guerra de Vietnam, el movimiento hippie , los Beatles, las agitaciones sociales, Watergate, el paso de distintos presidentes por la Casa Blanca, el asesinato de John Lennon, etc.), en contraste con la lenta progresión del protagonista, que solo parece haber aprendido una cosa a lo largo de ese tiempo: que la enseñanza era su pasión y no lo supo hasta el final, cuando se prescinde de su labor . Y es entones, cuando confiesa a su amigo, el entrenador de fútbol: “Es gracioso, me metí en esto casi a la fuerza y ahora es lo único que quiero hacer… Trabajas durante 30 años porque crees que lo que haces es lo mejor, crees que interesa a la gente. Después te despiertas una mañana y descubres que no, que estabas en un error, que eres prescindible” . Una película que tiene los suficientes requisitos como para convertirse en una historia entrañable, nostálgica, reflexiva y emocionante. Porque Holland descubre algo muy importante: enseñar también significa escuchar , saber qué quieren los alumnos. Le ocurre con Gertrude, una joven obsesionada por su falta de talento y su incapacidad para tocar el clarinete, en contraste con su artística familia ( “Yo lo único que quiero es hacer algo bien” , le confiesa); también con Louis, un exdeportista del equipo de fútbol americano, al que le piden que le enseñe lo que es el ritmo y consigue que logre tocar el bombo en la orquesta; y también con Rowina, quien con su prodigiosa voz le enamora hasta dedicarla una canción, una admiración fundamentada en compartir la pasión por la belleza y la emoción de la música. Y con tantos otros… Una maravillosa película con deliciosas referencias musicales a la “Séptima Sinfonía” de Beethoven o al “Imagine” de John Lennon, desde Jimi Hendrix a Bach, de George Gershwin a Queen, de The Beatles a Jackson Brown, de
RkJQdWJsaXNoZXIy MTAwMjkz