CINE Y PEDIATRIA 7
cine y pediatría 7 41 Mozart a Ray Charles. Allí donde el compositor de bandas sonoras, Michael Kamen (fallecido tras padecer una esclerosis múltiple) realiza para esta película una de sus mejores partituras, con temas tan simbólico como “Cole’s Tune” o la celebradísima “An American Symphony”. Y el colofón con esas duras palabras del nuevo director del colegio: “Esos chicos me preocupan tanto como a usted. Y si me obligan a elegir entre Mozart o leer o escribir y dividir, elijo la división”. Y la respuesta de Holland: “Supongo que podrá suprimir las artes como le venga en ganas. Tarde o temprano, los chicos no tendrán nada sobre lo que leer y escribir” . Y uno de los finales más épicos que se recuerdan (a la altura de Cinema Paradiso [Cine y Pediatría 125]), llenos de sentido y sensibilidad, de humanidad y de vida, pronunciados por la senadora (quien fuera su exalumna Gertrude) ante un salón de actos del instituto repleto de alumnos, familiares y profesores que le dan un sentido homenaje: “El señor Holland ha tenido una gran influencia en mi vida, en muchas vidas, creo. Sin embargo, me parece que él considera gran parte de su vida desperdiciada. Corría el rumor de que trabajaba siempre en esa sinfonía suya, y que eso iba hacerle famoso y rico, seguramente las dos cosas. Pero el señor Holland no es rico y tampoco es famoso, al menos fuera de nuestra ciudad. Así que él podría considerarse como un fracasado. Y se equivocaría. Porque ha logrado un éxito que sobrepasa la riqueza y la fama. Mire a su alrededor. No hay una sola vida en esta sala en la que usted no haya influido. Y todos nosotros somos mejores personas gracias a usted. Nosotros somos su sinfonía, señor Holland. Somos las melodías y las notas de su concierto. Y somos la música de su vida” . Y el fin, como no podía ser de otra forma, termina con la sinfonía de su vida (“An American Symphony, Mr. Holland´s Opus”), con sus alumnos. Un papel colosal el de Rychard Dreyfuss, quien fue nominado al Óscar a Mejor actor, pero no lo consiguió (se lo arrebató otro papel extremo, el Nicolas Cage en Leaving Las Vegas , de Mike Figgis), aunque lo consiguiera años antes con la comedia musical La chica del adiós (Herbert Ross, 1977) y la fama le viniera como el oceanógrafo Matt Hooper de Tiburón (Steven Spielberg, 1975), mucho antes de que su adicción a las drogas y su trastorno bipolar bloquearan su carrera cinematográfica. Para muchos (y me incluyo) en esta película hace el papel de su vida, el que ha hecho que el profesor Holland ya sea un personaje mítico del séptimo arte , sumándose al de otros tantos que el cine nos ha regalado. Y nos los regala en el inicio de este nuevo año. Título original: Mr. Holland’s Opus Año: 1995 Duración: 142 min Nacionalidad: Estados Unidos Género: Aventura Director: Stephen Herek
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