CINE Y PEDIATRIA 7

50 publicado: sábado 16 de enero de 2016 Cine y Pediatría [314] plantea la vida en Estados Unidos, siempre con el apoyo de Carrie, a la que acaban llamado afectuosamente Yardit (que significa “gran vaca blanca”). Y a ella le realizan preguntas paradójicas en ese contexto, pero normales para ellos: “¿Dónde está tu aldea?” o “¿Sonreír sin motivo no es ser hipócrita?” , o ese especial agradecimiento hacia ella en forma de “Que encuentres un marido con quien llenar tu casa vacía…” o ese agradecimiento a lo banal como “Padre nuestro, te damos gracias por este alimento milagroso, la pizza” . Pero las cosas no son fáciles: “¿Qué te trajo a Estados Unidos?” , le pregunta el encargado de un restaurante cuando buscan trabajo, a lo que uno de los hermanos contesta con sencillez: “Mis padres fueron asesinados en la guerra de Sudán. Y mis hermanas vendidas como esclavas” . Y entre ellos llega a surgir la discordia: “Ahora estamos en Norteamérica. Y en Norteamérica no somos nada” . La buena mentira , título que recuerda a “Las aventuras de Huckleberry Finn” (donde el personaje prefiere liberar a Jim antes de embolsarse el dinero de la venta como esclavo), se contrapone al de Mamere (devuelve un acto de sacrificio del pasado a su hermano Theo, al que va a buscar a África). Y es que esta obra hollywoodense de Philippe Falardeau comparte puntos en común con Profesor Lazhar. Porque el periodo de duelo, el dolor y el sentimiento de culpa están presentes en ambas películas, así como el hecho de que sus protagonistas sean refugiados víctimas de la violencia política (en el caso de Profesor Lazhar , el terrorismo de Argelia; en el de La buena mentira , la guerra de Sudán y la política norteamericana posterior al 11S), junto a la presencia de un trauma psicológico (el suicidio de la profesora en la primera, y el sacrificio de uno de los hermanos, para salvar al resto, en el caso de la segunda película). Dos películas con premisas oscuras que nos llevan a la luz: si el punto de partida de Profesor Lazhar es el suicidio de una profesora que descubre uno de los niños que quedaría profundamente traumatizado, en La buena mentira es la guerra civil sudanesa, a la que sobrevivirán nuestros protagonistas, no sin taras emocionales. Y es así como podemos decir que la película se compone de dos relatos: una primera parte sobre cómo sobreviven los chicos en su travesía

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