CINE Y PEDIATRIA 8

108 Cine y Pediatría [377] La entrada no fue fácil, pues la directora (Ángela Basset) le dice en la primera entrevista: “Me pareció una buena idea dar clases de violín. Pero no tiene los títulos adecuados ni ninguna experiencia en escuelas de suburbios. Lo siento mucho”. Pero ella no se rinde, aparece con sus dos hijos, le hace una demostración y le asegura: “Tengo muchos violines. Tengo cincuenta violines” . Al principio, los chicos, sus padres, y los compañeros maestros se mostraron escépticos. Sin embargo, Roberta enseñaba con tal apasionamiento (y un lenguaje tan procaz) que contagió a sus alumnos, y con dedicación consiguió que los jóvenes violinistas empezaran a mostrar resultados increíbles. Y eso también les ayudaba para mejora la confianza en sí mismos y en la vida que les rodeaba, no siempre la mejor. Y allí estaban DeSean, Guadalupe, Naeem, Becky, Ramón, Lucy, Vanessa, y tantos otros. Cada año eran más los que competían por tener un lugar en la clase de Roberta y cada año Roberta descubría el potencial y la brillantez que se ocultaba en el espíritu de sus estudiantes. Y lo que empezó con dificultad, diez años después las clases de violín de Roberta Guaspari se convirtieron en un clásico en el colegio (y en otros dos colegios más). Pero, pese a sus éxitos, hay un recorte de presupuestos al centro y siempre es la cultura y el arte lo que sale perdiendo en primer lugar. Y Roberta es despedida, porque prescinden de las clases de violín. Pero con la ayuda de sus amigos y de la comunidad plantó cara al problema y logró realizar un concierto benéfico, ni más ni menos que en el Carnagie Hall y con el apoyo, ni más ni menos, que de Isaac Stern, Itzhak Perlman y otro buen número de artistas (una de las mayores reuniones de músicos célebres que se hayan visto en la pantalla en mucho tiempo) que se unieron para tocar el “Concierto para dos violines en re menor” de Bach, una de las piezas más reconocidas del genio y considerada una de las obras maestras del Barroco. Y en ese epílogo, dos momentos destacados antes del concierto. Uno, las palabras de la directora del colegio ante todo el auditorio: “Hace diez años, Roberta Gaspari Demetras entró en mi despacho porque necesitaba trabajo. Y porque estaba convencida de que cualquier niño podía aprender a tocar el violín. Juntas creamos el curso de violín de East Harlem, mediante el publicado: sábado 01 de abril de 2017

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