CINE Y PEDIATRIA 8
110 Cine y Pediatría [377] notable, consiguió despertar en cientos de niños el amor a la música (y el saber superar cualquier dificultad que se les presente) y cuando, diez años después la escuela dio por terminados los cursos, debido a un recorte presupuestario, Roberta pudo continuar enseñando gracias a una fundación creada al efecto, llamada Opus 118 , que se financiaba a través de donaciones privadas y conciertos benéficos. Y, como hemos visto, para estos últimos ofrecieron su desinteresada colaboración artistas de la talla de Isaac Stern o Itzhak Perlman. Tres detalles musicales finales: 1) Meryl Streep tuvo que aprender a tocar el violín para la película y lo hizo siguiendo el mismo método que los niños a los que se la veía dar clase; 2) todos los niños que aparecen en la película tocando el violín han sido alumnos de Roberta en la vida real y, en cuanto al repertorio que tocan, en sus primeros conciertos se limitaba a piezas como la canción infantil “Twinkle, twinkle, little star” (en español “Campanitas del lugar”) y en las que Roberta hacía a sus alumnos introducir un rallentando que causaba un gran efecto entre el público, preguntándose a qué venía esa detención, y 3) en la película aparece la famosa cantante cubano-americana, Gloria Estefan, en lo que supuso su debut en la pantalla como profesora del colegio y que, de paso, pone la voz a la canción de los créditos finales, en lo que viene a ser la canción propia de la película: “Music of My Heart”. Está claro que la música y la educación no es algo nuevo y ya en Cine y Pediatría hemos dejado claros ejemplos: Profesor Holland (Stephen Herek, 1995 [Cine y Pediatría 312]), Los chicos del coro (Christophe Barratier, 2004 [Cine y Pediatría 259]), Maroa (Solveig Hoogesteijn, 2004 [Cine y Pediatría 30]), Gabrielle (Louise Archambault, 2013 [Cine y Pediatría 245]), El coro (François Girard, 2014 publicado: sábado 01 de abril de 2017
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