CINE Y PEDIATRIA 8
182 Cine y Pediatría [389] por amor al arte: “Todo tiene un precio, deberías saberlo” . Vin está de vuelta de la guerra de Vietnam y de una querida esposa con Alzheimer, vive en una casa tan desvencijada como su persona, tiene un coche más antiguo que él, y ya no le quedan más pretensiones en la vida que jugarse el (poco) dinero que tiene en carreras de caballos, darse a la bebida y pasar algún rato con “una dama de la noche” embarazada y malhablada (sorprendente Naomi Watts). Y con estas premisas se nos presenta lo que será el inicio de una extraña amistad con Oliver y que nos desvelará que las cosas jamás son lo que parecen y que bajo las pieles más insensibles se esconde un mundo opuesto. Y ese doble rasero entre la superficie y el fondo, nos hace recordar, de alguna manera, a personajes como Walt Kowalski de El gran Torino o a Melvin Udall de Mejor… imposible (James L. Brooks, 1997 [Cine y Pediatría 366]). Una película políticamente incorrecta que se convierte en cinematográficamente hermosa , una película con un ritmo ágil y un contundente mensaje, cuyo colofón es el pensamiento que hemos presentado al principio, cuando Oliver presenta en el concurso de su colegio religioso a su nuevo vecino como candidato a la santidad. Una película en la que parece que Bill Murray no interpreta, sino “que es” el propio Vincent … y que adquiere su cénit en la última escena, cuando Murray/Vincent sale cantando la canción que escucha con los cascos, el “Shelter from the Storm’” de Bob Dylan. Y no tienen desperdicio, pues así es su personaje… un refugio en la tormenta. Una película que puede recordarse por distintos motivos, pero uno será unánime y es la sintonía entre sus dos personajes principales, Vincent y Oliver . Donde Bill Murray nos demuestra, una vez más, que soporta cualquier personaje y lo hace suyo (salga a cazar fantasmas, se pierda en Tokio con Scarlett Johansson o viva todos los días el día de la marmota), y donde Jaeden Lieberher no solo resulta un niño creíble, sino dulce sin empalagar. Y donde hay motivos para la sonrisa y para reflexión, especialmente sobre la amistad y la pérdida. Y uno de los momentos más emocionantes es cuando Oliver le da el pésame por la muerte de su mujer: “Lamento tu pérdida”. Y él le contesta: “¿Qué significa esa frase?, ¿por publicado: sábado 24 de junio de 2017
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