CINE Y PEDIATRIA 8

186 Cine y Pediatría [390] Pero ahora, tras 11 años en el dique seco, llega Selfie , una subversiva radiografía de España, especialmente del presente y futuro de nuestra juventud , una película que iba a titularse Autorretrato , pero que se prefirió recurrir a este anglicismo tan actual, tanto que en el año 2014 fue la palabra del año (ganando a una muy cercana a la anterior como es postureo). Una película que ha levantado expectación entre críticos (no tanto entre el público) y que con poco presupuesto nos acerca a la parodia o sátira social teniendo como referentes a Berlanga y Azcona en modo siglo XXI, pues nos cuenta, a modo de documental o telerrealidad, la historia de Bosco (Santiago Alverú, sinceramente muy acertado en este su debut delante de la cámara), el hijo de un ministro corrupto del PP, que cuando encarcelan a su padre verá cómo su mundo se desmorona, su entorno le da la espalda (amigos y novia incluidos), tendrá que abandonar la casa familiar y es expulsado del máster que estudia. En su búsqueda de un sitio para dormir y un plato de comida, desembarca en Lavapiés, donde se hará pasar por un joven políticamente comprometido y pedirá ayuda a jóvenes del entorno de Podemos. Una sátira social que no tiene vergüenza de sacar la foto de Mariano Rajoy, o la misma presencia de Esperanza Aguirre o Pablo Iglesias. Selfie es una crónica social abrasiva y contundente, tan real (y triste) como la vida misma. De tal forma que comenzando como una comedia deriva a un final tan desalentador como un telediario: una sociedad, cultura y política que ha dejado, esta vez sí que sí, a nuestra juventud española con más pena que gloria. Y el personaje de Bosco, un pijo simpático de La Moraleja y sus circunstancias, son claro ejemplo de ello: Bosco actúa como actúa porque lo ha mamado (el trato de favor y el tráfico de influencias de haber nacido en un nivel social top ), tiene el individualismo como auténtica filosofía de vida, un caradura simpático con pocas convicciones y que tiene que enfrentarse a otra realidad, de hecho, a la realidad que es más habitual y que no era la suya. Y claro, la falta de principios (o principios erróneos como el machismo y el racismo) chocan con el ingenuo compromiso y estéril activismo publicado: sábado 01 de julio de 2017

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