CINE Y PEDIATRIA 8

cine y pediatría 8 231 los estadounidenses Robert Mulligan, Michael Cuesta, Catherine Hardwicke y Gus Van Sant, los belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne, etc. Y desde Suecia ya teníamos a Lukas Moodysson, pero ahora se suma Lasse Hallström: ya recordamos la semana pasada ¿A quién ama Gilbert Grape? (1993 [Cine y Pediatría 397]) y hace bastante tiempo recordamos Las normas de la casa de la sidra (1999 [Cine y Pediatría 20]). Y hoy recordamos la obra con lo que empezó todo: Mi vida como un perro (1985). Curiosamente las tres películas proceden de sendas novelas, la de hoy de la novela de Reidar Jönsson, “Mit liv som hund”, del año 1983. Esta bellísima historia sucede en la década de los cincuenta en Suecia y nos muestra el despertar a la vida adulta de un niño de 12 años, por nombre Ingemar (Anton Glanzelius, sobre el que gravita toda la trama) y que verá alterada su existencia debido a la enfermedad de su bella madre ( “Mamá era fotógrafa antes de ponerse enferma. Después llegamos nosotros y tuvo que dejarlo” ), lo que hará que cambie su residencia, trasladándose a vivir con unos parientes (no se conoce el paradero de su padre) a un pequeño pueblo en el campo. De alguna forma realiza el mismo esquema que luego se repetirá en ¿A quién ama Gilbert Grape? : unos hijos alrededor de una madre enferma, sin la figura paterna. Y su amiga Ranita, con la que se “casa” a través de la sangre de un dedo, le dice respecto al padre desaparecido: “Yo creo que debería estar aquí para cuidar de ti. Sí, los padres también tienen responsabilidades”.

RkJQdWJsaXNoZXIy MTAwMjkz