CINE Y PEDIATRIA 8
238 Cine y Pediatría [399] enamorarse. Mientras tanto, ella pasa los ratos libres con tres amigas, cuyas conversaciones nos hacen rememorar la película Barrio (Fernando León de Aranoa, 1999 [Cine y Pediatría 72]), conversaciones tan frescas como habituales en esa intrascendental vida a la que sobreviven como adolescentes sin rumbo: “Bueno, ¿bailamos o nos quitamos las bragas?” , “Creo que voy a hacerme lesbiana” . Ali fuma constantemente y nos dice: “Desconfía de todo lo que no puedes hacer mientras fumas”. Y desde que Ali fuma, su madre ha tenido cinco novios y cinco depresiones. En las cinco le ha tocado hacer de madre de su madre y eso le ha hecho ser como es, aunque no lo sepa. Ali está enamorada de Julio, pero no quiere aceptarlo, pues para ella es más fácil seguir viviendo en el país invulnerable de Ali que cruzar al país de Alicia, porque nada de lo que le rodea le parece una maravilla . Pero el amor sincero de Antonio hacia su madre y de Julio hacia ella hacen que la aparente seguridad de su pequeño universo se empiece a resquebrajar. Porque la película Ali está divida en varias partes (Ali y las olas del mar, Ali en la calle de los congelados…) y cada parte va precedida de un accidente de tráfico. Y por ello, los recurrentes pensamientos de nuestra protagonista: “Los coches rojos son los que más accidentes tienen. Y los negros los que más buscan”. Y a un vecino que le ayuda a aprender a conducir, ella le comenta: “Prefiero ser una incrédula a una enferma mental”. publicado: sábado 02 de septiembre de 2017
RkJQdWJsaXNoZXIy MTAwMjkz