CINE Y PEDIATRIA 8

24 beneficio de ellos, con generosidad absoluta. Todo médico se compromete también a compartir sus conocimientos, sus habilidades en el arte de la Medicina con sus compañeros de profesión y con aquellos que, aún estudiantes, serán futuros médicos. Como decía Gregorio Marañón, “en la vocación médica se entremezcla un gran amor al prójimo, con un deseo de curar o al menos de aliviar sus males, un afán de investigar, de correr en pos de la verdad y el deseo de enseñar lo que se ha aprendido sobre el conocimiento del hombre”. Y es aquí donde se entremezcla en nuestra actividad asistencial y cobra gran importancia, en la vida de cualquier médico, la docencia: en la que intentamos transmitir toda la formación científica y profesional, pero también, y ojalá así sea, una profunda formación humana. ¿Es posible que la medicina no sea humana? “Sin humanismo un médico no es propiamente un médico, sino más bien una especie de mecánico de personas” 1 . En la versión del juramento hipocrático de Louis Lasagna de 1964 así se proclama: “la medicina no es solo ciencia, sino también arte, y que la calidez humana, la compasión y la comprensión pueden ser más valiosas que el bisturí del cirujano o el medicamento del químico”. 1  González-Blasco P. Director de Educación Médica y Huma- nismo. ¿Y dónde aprendemos los médicos, los profesionales de la salud, la importancia de estas facetas?, ¿dónde se nos enseña el valor de la compasión, de la comprensión, de la humanidad al fin? Necesitamos ser expertos en humanidad y, convencidos de ello, desarrollarlo allí donde estemos y transmitirlo a los demás. Ante tanta tecnología en nuestra vida profesional y personal, tenemos que redescubrir la historia personal del otro, del que está a nuestro lado, del paciente, del compañero, del amigo… Ideas como respeto, comprensión son quizás más necesarias que nunca para los profesionales de la sanidad, y frecuentemente se ven atacadas por la burocracia, las prisas… ¡Qué bueno es saber

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