CINE Y PEDIATRIA 8
cine y pediatría 8 43 incoherencia capitalista que es el sistema sanitario norteamericano (es digno de recordar la escena de Carol y su madre cuando llega un médico privado a su casa y les regala la atención y los medicamentos, toda una aparente paradoja en una país que se autodenomina la primera potencia mundial). Vale la pena recordar esa frase tan sencilla, pero con sentido de una madre preocupada por la salud de su hijo: “Mi hijo estaba en la calle jugando al fútbol… y estoy feliz”. Y también en la historia encontramos a Simon, el pintor homosexual en el que conviven el patetismo con la reconciliación, el orgullo con el amor fraternal, el perdón con la aceptación. Como dijimos, tres historias que rondan alrededor de la falta de una figura paterna. Recordemos que a Melvin el padre le pegaba con una regla cada vez que equivocaba una nota en el piano. Que, a Simon, cuando el padre lo descubre observando extasiado el cuerpo desnudo de la madre, copiándola en sus dibujos, lo golpea hasta dejarlo inconsciente y luego le da dinero para que no vuelva nunca más. Y que Carol no tiene padre y su hijo, Spencer, tampoco tiene padre, figuras tan ausentes como innombradas. Y Brooks narra todo lo anterior con una convicción y ritmo desarmante, sin aspavientos y apoyándose en la sobria fotografía del siempre eficaz John Bailey, y la elegante música de un Hans Zimmer muy inspirado.
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