De la ternura tambien se sale. 2ª edición
[ 136 ] Soplar gaitas En la aldea, amor, conviene que lo sepas, ¡la ropa se seca al sol! A la vista de todos... En mi aldea está todo tan cerca que hay que ser celoso en la gestión de la privacidad para tener algo sólo tuyo, para no estar siempre expuesto a la luz de todos, para mantener el equilibrio, la salud, la autonomía, el libre albedrío. Tú sabes estar cerca y respetar la sombra, y acariciar la piel, hasta encoger el alma... sin tocar la venda que oculta el pecho herido, sin que resulte indiferente ser o no ser de cualquier modo. Pero esa exposición al juicio público, más puñetera y destructiva, si cabe, que la invasión de las redes sociales asociadas a internet, condena con dureza vicios que el camuflaje de la selva urbana permite ocultar en el lado oscuro o “la vida en capas paralelas”. En la aldea, si mientes y te descubren, serás para siempre un gaiteiro , o su femenino, con el oficio asignado a tal reputación: soplar gaitas.
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