De la ternura tambien se sale. 2ª edición

[ 164 ] El árbol de los zuecos Con la imagen de los abedules vuelvo siempre a la aldea, a la infancia pobre, a mi padre cortando un abedul para hacernos unos zuecos. Odiaba ese calzado porque no me dejaba jugar con libertad a la pelota. ¡Pero me abrigaba del frío en el duro invierno de heladas y sabañones, de miseria y sueños muy lejanos sin su cruel compañía y sus costrosas injusticias adheridas! El árbol de los zuecos es casi el documental perfecto de esa infancia que me piden olvidar... los que aman secretamente su pasado.

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