De la ternura tambien se sale. 2ª edición
[ 169 ] Volver En vano esperé cada día temiendo tu regreso, quemaba aún la herida abierta de mi pecho y mis ojos secos de esperar se cerraban para evitar tu silueta en el horizonte, no temía perderte si en tu vuelo encontraste lo que estabas buscando, si mi abrazo y mis besos no llenaban tus ansias y emigraste buscando lo que aquí te faltaba, no temía perderte si feliz te soñaba, era rabia, por manchar de mentiras mi camisa blanca, mi casa, la amistad preciosa de mis amigos más caros, la mirada confiada donde cada mañana descansaba mi sueño, despertaba a la vida, la dura jornada.
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