De la ternura tambien se sale. 2ª edición
[ 170 ] Qué rabia, quien te amaba sin tregua, quien en ti confiaba encontraba su tierra sembrada de trampas, de ruines ofensas, de amenazas. Deseaba tu regreso, amor, pero descansaba en tu natural cobarde para no perdonarte, no tendría elección si acaso volvieras, tan fuerte el amor tan frágil el olvido, que perderme en tu llanto, fundirme en tu abrazo, compartir tus desdichas, y empezar perdonando, en el acto.
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