De la ternura tambien se sale. 2ª edición
[ 191 ] Pero tú y yo, amor, no les perdonamos que ofendan a nuestras mujeres, que condenen a nuestras hijas, que se lleven a nuestros jóvenes, que amenacen a nuestros padres, que abandonen a nuestros débiles, que recorten con saña nuestra historia, que nos devuelvan a la caverna, al capricho de los amos, al poder codicioso de los curas, al feudalismo cruel de la ladrona economía, al código penal que convierte en crimen su pecado. Ya tienen que irse, amor, más pronto que tarde. Desnudos nos dejaron, robaron el país a manos llenas, lo reventaron por los cuatro costados ¡y no es decente mirar para otro lado, ciudadanos!
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