De la ternura tambien se sale. 2ª edición

[ 205 ] Elogio del desnudo Cuando El que Es preparaba los bocetos para su gran obra, parcialmente publicada por Miguel Ángel años más tarde en el techo de una iglesia, con el conocido patrocinio de la industria, ya entonces en manos de los mismos; jamás pensó en vestir a sus protagonistas. Lo más normal es que estuvieran desnudos, cercanos a la verdad y orgullosos de la apariencia que su creador les había diseñado. Todo está escrito en el libro del Principio, en las primeras líneas siempre mal leídas, donde está el elogio más sencillo e incontestable de estar y ser desnudo. Apenas fracasó tras la ambición de dominarlo todo, tras descubrir aquello que era cierto, porque así estaba bueno y era hermoso. Fuiste a buscar manzanas para compartir conmigo y volviste con la que teje las mentiras, que arruina la confianza y comimos juntos a sabiendas que ya nada sería como entonces. Descubrimos que estábamos desnudos, qué estupidez, si era las más bella manera de querer estar contigo,