De la ternura tambien se sale. 2ª edición

[ 21 ] vararme en la ensenada de tu vientre, sentarme en la ladera de tu monte, a gozar el perfil de tu horizonte, a admirar el espléndido valle en que te extiendes. Hoy soñé, amor, con que me hicieras el legítimo absoluto de tu huerto, esa inmensa riqueza que administras, y sentir que poseo tus delicias, tus miradas, tus palabras, tus temblores, esa hermosura inexpugnable de naranjos y limones, de ciruelas y fresas y melones, el intenso sabor, el olor persistente, irresistible, del sabroso néctar de tu flor. Quiero ser el hortelano que gobierna y que atempera, el que siembra, el que riega, y recoge tu grito de entusiasmo, amada mía, el pulso atropellado que derrama de gozo mi caricia que deseo eterna,

RkJQdWJsaXNoZXIy MTAwMjkz