De la ternura tambien se sale. 2ª edición

[ 48 ] Buenos días, París ¡Imagina que hay guerra, y nadie va! ¡Con el dolor del abrazo a quienes esperáis el regreso de los que ya no volverán! Con el desprecio a quienes crían el odio para no hacerse cargo, con recursos que debiéramos tener de serie, de problemas que fabricamos con nuestras propias manos. A los que alientan (entre nosotros) la industria de la muerte, a los que entregan armas a estos asesinos que a veces vuelven a casa empuñadas “por sus zombis” y nos matan. A los que invaden con mentiras y codicia Irak, Libia, Afganistán, Siria... y les gustaría que nunca más tuviéramos noticia de sus muertos. A estos asesinos que aprendieron teología en las carnicerías de mal nacidos, idiotas embrutecidos, bestias desprovistas de lo que al ser paridos traían de humano. ¡Malditos todos, malditas guerras! Mis lágrimas están con el pueblo de París, con los ciudadanos de los barrios de esa ciudad que siempre