De la ternura tambien se sale. 2ª edición
[ 57 ] De la ternura también se sale ¡Oh, Leganés! En este lugar aprendí a amar la vida como viene y la amistad. De ti, que de la ternura también se sale. Dos loqueros graves, membrudos, aburridos de su oficio, se pasean atentos como polizontes que espían el crimen. Son los inquisidores del disparate. No hay compasión en sus rostros, ni blandura en sus manos, ni caridad en sus almas. De cuantos funcionarios ha podido inventar la tutela del Estado, ninguno es tan antipático como el domador de locos. Carcelero-enfermero es una máquina muscular que ha de constreñir en sus brazos de hierro al rebelde y al furioso; tutea a los enfermos, los da de comer sin cariño, los acogota si es menester, vive siempre prevenido contra los ataques, carga como costales a los imbéciles, viste a los impedidos; sería un santo si no fuera un bruto. El día en que la ley haga desaparecer al verdugo, será un día grande si al mismo tiempo la caridad hace desaparecer al loquero. Benito Pérez Galdós, La desheredada
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MTAwMjkz