TODAS LAS FORMAS DE DECIR TU NOMBRE

[ 206 ] [ 207 ] Amanecer buscando Amanecí perdido en las aceras evitadas de un barrio cuyas calles no aparecen dibujadas en los planos que te regalan en los hoteles de una ciudad sin nombre. Quise escribir la historia que me contaste mientras me buscabas entre las sábanas de una noche que duró cien lunas. Pero no pude recordarla y renuncié a inventarla, buscaba la verdad hastiado de placebos. Traté de recordar tu cuerpo, el suave tacto de tu piel y de tus labios, el beso que me expulsó de la cordura, tu verso como un láser en mi frente, una diana sobre el esternón partido en dos por la cicatriz de la verdad en la frontera de la vida. Solo recordaba tu nombre, con el que respondía una vez y otra vez y otra vez de nuevo, cuando buscabas en el aire palabras ordenadas para decirme que te amase siempre, así, sencillamente, como si fuese fácil entenderlo todo el primer día. Deja de llamarme pueblo Ladrones de alma blanca. Roban para tapar agujeros, el cumpleaños del chiquillo, la fiesta de la guarde, el colegio pijo, los cursos en países extraños, los másteres indecentes, pero caros, los vicios inconfesables que gritan o que callan. Roban como otros van a misa, por costumbre, por conciencia, como un juego que comparten con amigos en su club de compiyoguis. Son ladrones, amor, sencillamente, han hecho de la vocación oficio.

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