TODAS LAS FORMAS DE DECIR TU NOMBRE
[ 232 ] [ 233 ] De los Derechos Humanos Si de algo podemos sentirnos orgullosos los seres humanos es de la capacidad de crear códigos de conducta universal que atrapan sentimientos con lo más noble de nuestra naturaleza: la voluntad, la memoria, la conducta informada, la solidaridad, la compasión, la ternura, la justicia... Y todo eso ha salido de manos esforzadas que, en muchas ocasiones, consumieron su vida dedicadas a esa sola tarea. Los derechos humanos, como un código de principios que nos obliga a tod·s, sería una nebulosa virtual perfectamente inservible si no se completara cada día con la inquebrantable lucha de quienes creen, sin reparo, en el único mundo habitable: el de la justicia universal. Porque frente a este empoderamiento de la conciencia que proclama la universalidad, la globalidad y lo innegociable de su ejercicio consciente, crecen con fuerza territorios donde se vulneran con brutalidad, espacios donde se impone su ignorancia y, más grave si cabe, lugares donde se les tuerce con violencia para que sirvan al despropósito. Los derechos humanos hoy construyen la paz, entendida como el lugar donde reina ese código de conducta universal, que se parece mucho a la justicia; donde conocer y amar se conjugan juntos e intercambiables. Viviste con Dolores una historia hermosa, feliz entre las balas y la infamia, emprendiste el vuelo en pleno viaje negándote un lugar para el descanso. Tu camarada y yo, con los amigos que honraste con tu vida generosa, lloramos por los pueblos que ignoran a sus héroes silenciosos cuando suena el silencio de la muerte. Gritarán las montañas de tu vida si quisieran apagar la llama de tu obra. Arderán tus cuadros como piras si apagamos la bondadosa voz de tu conciencia.
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