TODAS LAS FORMAS DE DECIR TU NOMBRE
[ 46 ] [ 47 ] Medicina en el aire acondicionado Este es un país enfermo donde la ciudadanía sufre una suerte pánico de sentirse dueña de si misma, privada la voluntad para sentirse libre, prisionera de lo que dicta una banda de malhechores que mienten de oficio a todas horas varias veces y trastornan el juicio, el más común de los sentidos... ¡He pedido cita para el psiquiatra especialista y yendo en grupo nos harán descuento! Vienes conmigo ¿o tú también te quedas? Mi remedio Los pájaros que vuelven del exilio susurran que te han visto andar a solas, que la tristeza apaga tu mirada, y tus risas no llaman a la fiesta. El viento me trae los gemidos de tu llanto, la humedad, el sabor a sal de tus mejillas. Me dicen que tampoco eres feliz en este intento, que tus ansias de amar no hallan objeto que colme tu deseo y te dé calma, que sacie la ternura de tu sueño. Llama de nuevo, amor, como si fuese sin querer que aquí te espero y lejos del reproche de mi boca saldrán las palabras que guardo para ti en el recuerdo, para darte gozo y acompañar los besos que te debo derramados sobre la nata de tu piel que incendia mi deseo. Tampoco yo tengo sosiego. En las noches más largas, salgo a buscarte por las calles y grito tu nombre a los balcones, por los patios de luces voy llamando, por los parques, áfona mi voz de buscar tu oído hasta que unos hombres de blanco me recogen y atan a un camastro mi delirio, ignorantes de que tú eres mi remedio.
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