TODAS LAS FORMAS DE DECIR TU NOMBRE

[ 98 ] [ 99 ] Ese género menor La poesía tiene tantas lecturas como lectoras. Pero no te dejará neutral. Escribir poemas puede parecer una frivolidad, no oculto que pueda serlo. Escribir metáforas es poder contar la tragedia que estamos viviendo ajenos a las verdaderas víctimas que nos reclaman prestarles nuestra voz, para narrar desde el corazón, lo que ven los ojos. Escribir poemas es retorcer la lengua para exprimirle palabras claras que digan transparente el guión del crimen que organiza la mentira repetida, amplificada, digitalizada... distribuida como si fuera comida sana. Este chiquillo que quiere quitarse la escarcha de sus pestañas y los sabañones de sus manos sale a la calle soñando con volver a casa para encontrar el abrazo de su familia y compartir la cena seguros de que habrá también amanecer hermoso y desayuno. Un imperdible en la solapa El amor es como un imperdible, tan sencillo y con tanto valor atado a su virtud. Una aguja en la conciencia, un lazo que nos une en lo que somos. A veces pasa que una marca nos convence y nos entregamos, con todo, a esa secta que nos viste diferentes. A veces pasa que perdemos el juicio y los pies, a su capricho, nos seducen a bailar la danza de la guerra y de la muerte. A veces pasa que es más fácil el silencio, que condena a muerte al inocente, si eso me hace respetable entre las hienas. A veces pasa que si paro, en el camino de la prisa, me salpica la sangre de esa mujer asesinada por un bestia, delante de sus hijos. A veces pasa que el hambre, y los mocos de un chiquillo, no nos obligan a preguntar qué está pasando.

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