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CAPÍTULO 9.

NUTRICIÓN ARTIFICIAL POR VÍA VENOSA

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La nutrición parenteral (NP) se utiliza cuando el niño no puede comer por vía

digestiva la comida necesaria para cubrir todas sus demandas nutricionales.

Se administra directamente al torrente circulatorio a través de un catéter

colocado en una vena, que puede ser de gran calibre, habitualmente en el

cuello o tórax (acceso venoso central), o una vena superficial (acceso venoso

periférico). La ventaja de los accesos venosos centrales es que permiten

infundir una parenteral más concentrada y que suelen durar más tiempo

que los periféricos, aunque el riesgo de infección es mayor porque llegan

directamente hasta el corazón. Elegir un tipo de acceso u otro dependerá

de la duración del tratamiento y de las características de la NP que el niño

necesite.

Los catéteres centrales pueden ser de distintos tipos:

Externos:

en NP domiciliaria suelen utilizarse catéteres tunelizados, tipo

Broviac (exclusivamente pediátrico por su menor tamaño) y Hickman.

Tienen un trayecto por debajo de la piel desde la vena canalizada hasta

el orificio de salida cutáneo, que se suele localizar en la parte superior

del tórax. El catéter tiene un manguito de dacrón (un tipo de plástico) que

se coloca cerca del orificio de salida por dentro de la piel y que facilita

la adhesión del catéter al tejido subcutáneo y dificulta su movilización.

También hace de barrera a la flora bacteriana cutánea.

Internos:

con reservorios subcutáneos o catéteres implantados, tipo

port-a-cath.

El catéter venoso central está unido a una pequeña cámara

o reservorio de acero inoxidable, titanio o plástico duro, provista de

una membrana de silicona, que se sitúa justo debajo de la piel. De esta

forma, puede pincharse la membrana a través de la piel con unas agujas

especiales, pudiendo aguantar hasta 2000 punciones sin recambiar el

sistema.

Para los niños pequeños existen reservorios de bajo perfil. Los de plástico y

titanio son compatibles con la prueba de resonancia nuclear magnética.

Aunque los catéteres suelen tener una sola luz, los hay con dos e incluso tres

luces, para ajustarse a pacientes con necesidades especiales.

Para el éxito del tratamiento con NP domiciliaria en la infancia, es imprescindible

contar con una madre, padre o cuidador que colabore y esté dispuesto a

participar en los cuidados, siempre después de la adecuada formación y práctica

durante la estancia hospitalaria. Será la enfermera la encargada de enseñarles