Guía de atención al paciente con trastorno del espectro autista en Neuropediatría

8  Cariotipo y estudio de translocaciones si abortos repetidos o sospecha de aneuploidías.  Si negativo: MECP2 en mujeres, dupMECP2 en varones.  PTEN si PC >2,5 DE, lipomatosis o poliposis intestinal.  Exoma clínico, exoma trío o panel de autismo. Se debe realizar consejo genético tanto a pacientes con resultados genéticos negativos, para informar sobre el riesgo de recurrencias, como a pacientes con etiología genética definida, para información sobre comorbilidades, tratamientos y pronóstico. Se realizará únicamente si hay datos clínicos sugestivos de lesión cerebral: focalidad neurológica en la exploración física o electroen- cefalograma (EEG), microcefalia, macrocefalia >2 DE, alteraciones graves del tono muscular, regresión progresiva o discapacidad intelectual, epilepsia, alteraciones del nivel de conciencia. La epilepsia es la enfermedad subyacente referida con mayor frecuencia en el espectro autista (7-14%), y se observan anormalidades eléctricas cerebrales y crisis epilépticas en 20-25%. Existe un incremento significativo de la prevalencia de epilepsia en los pacientes con TEA al aumentar su edad (riesgo acumulativo 10% a los 5 años vs 34% a los 20 años). Se debe incluir estudio de vídeo-EEG vigilia-sueño (sueño nocturno o privación de sueño) si presenta crisis epilépticas o regresión del lenguaje, y en síndromes genéticos asociados a epilepsia. Se recomienda realizar una analítica básica con perfil metabólico como screening de alteraciones metabólicas (pruebas de primer nivel, ver más adelante), especialmente si existe retraso psicomotor en menores de 3 años, o si no se han realizado las pruebas metabólicas al nacimiento. Posteriormente, realizar estudio neurometabólico si: alteración en la analítica inicial, epilepsia refractaria, afectación multisistémica y de otros órganos, acidosis láctica, vómitos recurrentes, anemia grave, alteraciones cutáneas no filiadas, regresión psicomotora progresiva, trastornos del movimiento, microcefalia, hipotonía, ataxia, trastorno del sueño grave, agresividad o alteraciones en la neuroimagen que sugieran enfermedad metabólica. Algunas de las metabolopatías con tratamiento que se asocian a TEA y sus cuadros clínicos correspondientes son:  Fenilcetonuria (retraso, microcefalia, epilepsia, claros de piel…).  Alteración de purinas y pirimidinas (retraso, hipotonía, crisis). Déficit de adenilosuccinato liasa (ADSL, test SAICAR). Trata- miento: ribosa oral (leve mejoría).  Déficit succinil semialdehido DH, que cursa con 4-hidroxibutírico/orina alto (RPM, hipotonía, ataxia, crisis, hipercinesia, autoagresividad, trastorno del sueño). Tratamiento: finasteride.  Alteración trasporte creatina (retraso, conducta autista, crisis e hipotonía). Diagnóstico: espectroscopia magnética y gua- nidinoacetato en plasma y orina. Tratamiento: creatina.  Déficit de folato cerebral (retraso del desarrollo en >4-6 meses, agitación, trastornos de sueño, disminución del PC, ataxia, hipotonía y crisis, a veces seguido de disquinesia, espasticidad y trastorno de lenguaje y comunicación). Diagnóstico: 5- MTHF/LCR. Tratamiento: ácido folínico.  Smith-Lemli-Opitz caracterizado por anomalías congénitas múltiples, discapacidad intelectual y alteraciones conductuales, entre las que se incluye el autismo. Tratamiento: colesterol.  Alteraciones mitocondriales: el 7% de autistas tienen alteración mitocondrial (lactato alto o alteración de la cadena respi- ratoria mitocondrial). Diagnóstico: marcha retrasada, regresión o alteraciones extraneurológicas (por ejemplo: cardiacas, hematológicas, GH baja). Tratamiento con cofactores. Analítica básica: hemograma, bioquímica general, lactato, amonio y gasometría. Pruebas de primer nivel: aminoácidos en sangre; ácidos orgánicos en orina con determinación de 4-hidroxibutírico, test SAICAR, biotinidasa en sangre, creatina y guanidinoacetato en orina, 7-DH-colesterol y colesterol en sangre. Estudio ampliado: purinas y pirimidinas en orina, folato/LCR, DNA mitocondrial en sangre o biopsia músculo. Se debe derivar a ORL a aquellos pacientes que presenten retraso en el desarrollo, especialmente si tienen retrasos en las áreas sociales y del lenguaje, para la valoración de la audición.

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