EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA
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de un área de libre comercio y que incluya aspectos de seguridad, en
cuyo marco se deberá garantizar el respeto a la integridad territorial
y la soberanía de los países de la Asociación Oriental, y la solución
de los conflictos congelados que amenazan la estabilidad de la re-
gión y de toda Europa.
– En el marco de estos acuerdos, y desde el respeto a la soberanía de
Ucrania, la UE debe favorecer la adopción en este país de un siste-
ma federal que dé una salida razonable a la diversidad étnica, así
como su neutralidad respecto a organizaciones militares para desac-
tivar la tensión actual y futura. Es necesario, además, proporcionar a
Ucrania soporte económico en coordinación con el Fondo Monetario
Internacional, para ayudarle a superar su grave crisis económica,
condicionado a las reformas administrativas y políticas necesarias.
10.La amenaza del yihadismo radical desde el Sahel a Oriente Medio
– Al tiempo que se utilizan todos los medios disponibles de defensa y
seguridad para combatirlo, lo fundamental es adoptar un enfoque
preventivo, orientado a evitar la radicalización de individuos que,
por múltiples razones, se vean tentados de incorporarse al yihadis-
mo violento; que ponga el énfasis en el terreno educativo y que
movilice recursos físicos y humanos en el terreno social, político y
económico, para garantizar una plena integración de todos los que
conforman cada comunidad nacional.
– Hay que evitar la demonización del Islam y del islamismo no violen-
to. No solo porque ese tipo de movimientos políticos han mostrado
sobradamente que cuentan con apoyo de las poblaciones locales
–lo que supone que no hay salida del túnel en el que están sumidas
estas sociedades si no es contando con su participación−, sino por-
que la más elemental estrategia impone establecer una nítida fron-
tera entre quienes optan por la violencia y quienes la rechazan. En
esa misma línea, es altamente recomendable establecer canales de
diálogo permanente con representantes autorizados del Islam,
aceptados y respetados en esas sociedades como socios preferentes
para aislar a los violentos.
– Han de emplearse los múltiples y potentes instrumentos nacionales
y comunitarios –especialmente significativos en el terreno comercial
y financiero, pero también en el ámbito de la resolución pacífica de
los conflictos− para cerrar las brechas de desigualdad que definen
a la cuenca mediterránea.