Background Image
Table of Contents Table of Contents
Previous Page  14 / 194 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 14 / 194 Next Page
Page Background

CAPÍTULO 1.

FISIOLOGÍA DE LA ALIMENTACIÓN

13

Comenzaremos este manual con una descripción sencilla y resumida de cómo

funcionan y se desarrollan los procesos anatómicos y fisiológicos del niño

normal, centrándonos específicamente en los aspectos funcionales relacionados

con el proceso de la alimentación.

SUCCIÓN Y DEGLUCIÓN

La deglución (el acto de tragar) es el paso del alimento desde la boca hasta el

estómago. Este proceso se inicia de manera voluntaria y se continúa de forma

refleja involuntaria en coordinación con los movimientos de la faringe y del

aparato respiratorio.

La deglución se puede dividir en dos etapas bien diferenciadas. Una primera

preparatoria oral, en la que se forma el bolo alimenticio, que es ensalivado y

masticado para ser empujado finalmente hacia la garganta para facilitar su paso

hacia el esófago. Esta es la parte voluntaria del proceso de deglución. En este

momento comienza la fase involuntaria, en la que se detiene momentáneamente

la respiración y se produce el cierre de la entrada a la tráquea por medio de

una especie de válvula que se llama epiglotis. De esta forma queda abierto el

camino hasta el esófago, desde donde el bolo es empujado por contracciones

involuntarias que fuerzan su tránsito hasta el estómago.

Se sabe por estudios realizados durante el embarazo que el feto es capaz de

chuparse el dedo pulgar desde los cuatro meses y medio de gestación. Este acto

de succión es necesario para la alimentación del recién nacido y del lactante, que

además deberá combinarlo coordinadamente con la deglución para que la leche

pueda pasar al estómago sin entrar en las vías respiratorias. Esta capacidad se

va adquiriendo poco a poco a lo largo del desarrollo fetal, de forma que a las 32

semanas de embarazo (hacia el cuarto mes) se ha desarrollado la capacidad de

tragar, a las 34 semanas el feto es capaz de succionar de forma eficaz y a las 36

semanas coordina adecuadamente la succión con la deglución. Esta es la razón

por la que el recién nacido muy prematuro puede necesitar al principio que se

le alimente por sonda, aunque los nacidos después del octavo mes suelen ser

capaces de succionar y deglutir, aunque chupen de forma menos organizada y

más débil que el niño nacido al término del embarazo.

El niño normal tiene desde que nace unas capacidades propias de nuestra

especie que le permiten buscar el pezón de la madre (reflejo de búsqueda) y

chupar para alimentarse (reflejos de succión y deglución). Por este motivo se

aconseja poner al niño al pecho desde la primera media hora de vida, facilitando