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Introducción
La política exterior de la Unión Europea tiene
una doble utilidad. Por un lado, permite que la
Unión como tal pueda posicionarse y actuar in-
ternacionalmente. Es, por tanto, la expresión
externa de la propia existencia de la UE. Por otro
lado, proyecta con más fuerza la acción exterior
de los Estados miembros. Actuando juntos y
coordinadamente con la Unión Europea, la fuer-
za y la eficacia de las posiciones europeas se
multiplican. La Unión Europea tiene ventajas
comparativas evidentes para desplegar una ac-
ción exterior con impacto. Su peso demográfico
y económico le otorga una influencia diplomáti-
ca enorme. La UE es el primer actor comercial
del planeta y cuenta con una de las monedas
más sólidas y solventes: el euro. Es el primer do-
nante mundial de ayuda al desarrollo. La UE es
un actor clave para el mantenimiento de la paz
y la seguridad mundiales y un referente de pri-
mer orden en materia de derechos humanos,
democracia y Estado de derecho. Sin embargo,
la definición y el diseño de la política exterior de
la UE son complejos. Definir qué es el interés
europeo no es sencillo, mientras que los distin-
tos intereses nacionales de cada país de la UE
están plenamente identificados. Mientras el in-
terés europeo siempre aparece difuminado, los
intereses nacionales son nítidos. Por eso, en
buen número de ocasiones y ante los asuntos
más delicados, justo cuando más necesario sería
un enfoque común en política exterior, los
miembros de la UE se dividen. Además, la direc-
ción de la política exterior de la Unión tiene dis-
tintos actores. Así lo estableció el Tratado de
Lisboa (2009), recogiendo el contenido de la
Constitución Europea elaborada por la
Convención (2003). El Consejo Europeo, com-
puesto por los jefes de Estado y de Gobierno de
todos los Estados miembros, define los princi-
pios y las directrices generales. La alta represen-
tante, hoy Federica Mogherini, que preside los
Consejos de Asuntos Exteriores a los que asisten
los ministros de Asuntos Exteriores de los países
de la UE, es la encargada de impulsar de mane-
ra coherente la acción exterior de la UE. Para
ello, cuenta con el Servicio Europeo de Acción
Exterior (SEAE), que funciona como un servicio
diplomático de la Unión Europea a través, ac-
tualmente, de 139 delegaciones y oficinas distri-
buidas por todo el mundo. Por último, el presi-
dente de la Comisión es también competente
para las relaciones exteriores de la UE. Así, por
UE 2016: un paso más para
ser un poder global relevante
José Manuel Albares y Carlos Carnero