¡TODOS A COMER!
SELECTIVO CON TEXTURAS O SABORES
¿El niño es selectivo con un alimento o textura como mecanismo de
manipulación del entorno?
¿Tiene alguna dificultad motora o sensorial que le impida manejar ese
alimento?
¿Está en una fase de exploración y está centrado en descubrir en todas
sus facetas ese alimento?
Al igual que en el punto anterior, hay que valorar este aspecto en varios días y no
solo en una comida o con un alimento solo. También debemos tener en cuenta
que normalmente un niño necesita probar una media de unas 10-15 veces un
alimento nuevo para aceptarlo e incorporarlo de forma normalizada a su dieta.
Algunos alimentos nunca serán bien aceptados por parte del niño y dependerá
de los gustos individuales de cada uno. Si la lista de alimentos rechazados no
es muy grande y la dieta no se vuelve restrictiva, no debería ser un motivo de
preocupación.
DIFICULTADES A LA HORA DE INSTAURAR RUTINAS
¿El entorno físico y social es favorecedor de esas rutinas?
¿El niño tiene la edad adecuada para ceñirse a esas rutinas que queremos
instaurar?
¿El nivel de exigencia se está adaptando al nivel de maduración del niño?
En estos casos es adecuado hacer una visión general del ambiente que rodea
al niño para observar si, de alguna manera, las personas cercanas, la situación
social o las rutinas de la familia están favoreciendo o enlenteciendo este
proceso. No se le puede exigir a un niño que tenga una dieta variada y sana o
un comportamiento adecuado en la mesa si no es el modelo que está viendo a
su alrededor.
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