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CAPÍTULO 7.

PREVENCIÓN DE LOS TRASTORNOS DE CONDUCTA ALIMENTARIA

ESTRÉS FAMILIAR Y DEL CUIDADOR

Cuando aparece un excesivo celo por parte del cuidador hacia las cantidades

que el niño debe ingerir o por el aumento de peso y talla del niño, puede llegar

a crearse ansiedad en el pequeño y un rechazo en todo aquello relacionado con

su alimentación. Este punto es de vital importancia cuando el niño tiene algún

problema médico que hace que su ganancia de peso y talla se vea afectada. En

estos casos la información y las orientaciones ofrecidas por el personal médico

sobre nutrición parenteral y enteral son claves para tener una información lo

más acorde posible de lo que el niño debe comer de forma oral y el apoyo y

soporte nutricional que obtiene a través de la alimentación complementaria.

En relación con las normas y los límites, a nivel psicológico y emocional, resulta

muchas veces difícil decidir dónde poner los límites o el nivel de exigencia

que se debe tener con respecto a las normas. Si la situación alrededor de la

comida es difícil, mantenida en el tiempo y la familia recibe muchos y variados

consejos o indicaciones sobre su labor parental o incluso se ponen en duda

sus capacidades se produce una sobrecarga emocional y de responsabilidades

por parte del cuidador y del entorno más cercano que desencadena un bloqueo

importante en torno a este tema.

Estas situaciones pueden desembocar en una búsqueda continua en estrategias

que puedan hacer que el niño coma más cantidad o más veces al día, pero que a

la larga terminan siendo ineficaces y frustrantes:

Estrategias no recomendables

Alimentación nocturna:

cuando el niño está somnoliento, ya que

despierto rechaza el alimento.

Alimentación persecutoria:

intentos constantes e infructuosos de

alimentar al niño a pesar de su rechazo, ofreciéndole otros alimentos

para intentar que acepte otra cucharada de comida o un poco más de

biberón.

Alimentación forzada:

obligarle a comer, incluso en contra de su

voluntad, obligándole a abrir la boca, etc.

Alimentación mecánica:

utilizar esquemas rígidos regulares

independientes de las apetencias del niño, que suele ser tratado

como si se alimentase a un ser inanimado.

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