CAPÍTULO 10.
LAS PREGUNTAS DE LOS PADRES
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El objetivo de este manual es ayudar a los padres y madres de niños con
problemas para alimentarse, ya sea por trastornos funcionales u orgánicos,
y especialmente a las personas que tienen a su cargo niños con soporte
nutricional artificial. Por este motivo, no quisimos perder la ocasión de ofrecerles
la posibilidad de preguntar las dudas que se presentan en ocasiones en casa,
intentando responderlas de la forma más clara posible.
EL NIÑO SANO
¿Qué cantidad es normal que coma mi hijo a su edad?
La cantidad de
comida varía según las necesidades por edad, peso, cantidad de calorías
de los alimentos que se coman y actividad física. Las orientaciones generales
se recogen en este manual.
¿Cuál es la cantidad mínima y máxima de leche (lácteos) que debe tomar un
niño en edad de crecimiento?
A partir de los seis meses es suficiente tomar
500 ml al día (o la equivalencia, un yogur = 125 ml de leche = 50 g de queso) para
asegurar un crecimiento correcto.
¿A qué edad puedo empezar a utilizar el agua del grifo para elaborar los
alimentos de mi hijo?
Cuando no sea necesario esterilizar el agua, entre los
cinco y seis meses. Por supuesto, siempre que el agua de abastecimiento esté
controlada por las autoridades sanitarias.
Los productos lácteos probióticos que favorecen la microflora intestinal (tipo
Actimel o similar), ¿son adecuados para todos los niños?
No hay consenso
en la literatura médica. Un niño sano sí puede, siempre que ya esté tomando
leche entera. Los niños con alteraciones en la absorción de alimentos debidos a
resecciones quirúrgicas extensas deben tener precaución al utilizarlos o consultar
con el especialista antes. En ningún caso deberán sustituir al aporte lácteo diario.
Mi hijo come mucho pero no engorda. ¿Qué alimentos y de qué forma le
puedo incluir en su dieta para que aumente de peso?
Que creamos que no
engorda tanto como debería en relación con lo que come no tiene por qué tener
significado patológico. No todos los niños metabolizan los alimentos de igual
manera ni tienen la misma actividad física. Solo habría que preocuparse si,
a pesar de una ingesta normal, se estanca o pierde peso. Si sigue una dieta
variada y está sano no hay por qué preocuparse ni es bueno darle más comida,
ya que lo único que conseguiremos es favorecer el desarrollo de una obesidad
infantil o un síndrome metabólico en la edad adulta.