Background Image
Table of Contents Table of Contents
Previous Page  27 / 149 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 27 / 149 Next Page
Page Background

LA COYUNTURA POLÍTICA DE LOS PAÍSES EUROPEOS: ENTRE LAS AMENAZAS Y LAS OPORTUNIDADES

27

en los años noventa y principios de la década

del 2000.

El discurso de ambos partidos se basa en una

crítica radical de las políticas económicas y so-

ciales “neoliberales” aplicadas por los partidos

populares y los socialistas e impuestas por la UE,

junto con una denuncia del comportamiento en

el poder de esas dos fuerzas políticas, que lle-

gan a considerar en realidad como una sola,

calificada como

casta

(tomando la definición

originalmente italiana) o como

búnker

. Con ese

argumentario y al hilo de la crisis, ambas fuerzas

políticas han conseguido en 2015 éxitos real-

mente significativos, aunque hayan terminado

divergiendo en la práctica cotidiana.

Así, una vez en el Gobierno, Syriza pasó de

provocar una auténtica crisis en la UE en el pri-

mer semestre de 2015 a terminar convirtiéndo-

se en el principal valedor de un nuevo rescate

económico de Grecia por parte de Bruselas sin

solución de continuidad respecto a los anterio-

res, suscritos y aplicados sucesivamente por la

izquierda socialdemócrata (PASOK) y la derecha

clásica (Nueva Democracia), hasta el punto de

convertirse finalmente el Ejecutivo de Alexis

Tsipras en el destinatario de nuevas huelgas ge-

nerales contra los recortes del gasto y las pres-

taciones públicas. En otras palabras, el populis-

mo de izquierdas griego se ha transmutado en

un partido de consignas radicales y decisiones

tradicionales, dejando de ser un problema para

la gestión de la UE.

Por su parte, Podemos propone un progra-

ma de reformas radicales en los gastos, ingresos

y funcionamiento del Estado, señalando su po-

sición contraria a la política económica de aus-

teridad de la UE, pero nunca posicionándose

formalmente como un partido euroescéptico y

menos aún antieuropeo, formando grupo en el

Parlamento Europeo con Syriza y los partidos

comunistas clásicos o renovados. De hecho, su

cooperación con el PSOE en España es una rea-

lidad en niveles regionales y municipales e inclu-

so ha estado encima de la mesa, al menos como

hipótesis, en lo referido al nuevo gobierno de

España tras las elecciones generales de 2015.

Los detonantes (I): la crisis

Ni el nacionalismo ni los populismos que han

experimentado un auge en la UE hubieran sido

imaginables sin la crisis y, sobre todo, sin la ges-

tión de la misma en los países miembros.

Conviene recordar, en ese sentido, que ha

sido la UE quien desde el inicio de la crisis en

2008 ha ido adoptando el mayor protagonismo

en la respuesta a la misma, de forma que los

Estados que la componen han sido percibidos

por buena parte de la ciudadanía casi como me-

ros ejecutores de las políticas dictadas o, mejor,

impuestas por Bruselas.

De esa manera, la Unión ha sido identificada

con la globalización que agredía vía crisis los

derechos sociales y creaba desempleo, frente al

reducto de seguridad tradicional que represen-

taban los Estados miembros.

Evidentemente, si el resultado de la política

económica europea hubiera sido positivo en tér-

minos de crecimiento y empleo, las consecuen-

cias habrían sido diferentes. Pero la realidad es

que la austeridad a ultranza ha sido la norma y

con ella se ha confundido plenamente la UE.

De ahí que en los países que más han sufrido

la crisis, como Grecia o España, el discurso del

populismo de izquierda haya contenido siempre

altas dosis de crítica hacia la UE –cuando no su

descalificación directa– y una reivindicación

constante de la “soberanía nacional” arrebata-

da por Bruselas.

En otro nivel, ello se ha dejado sentir tam-

bién en el crecimiento electoral de la izquierda