CAPÍTULO 1.
FISIOLOGÍA DE LA ALIMENTACIÓN
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Comenzaremos este manual con una descripción sencilla y resumida de cómo
funcionan y se desarrollan los procesos anatómicos y fisiológicos del niño
normal, centrándonos específicamente en los aspectos funcionales relacionados
con el proceso de la alimentación.
SUCCIÓN Y DEGLUCIÓN
La deglución (el acto de tragar) es el paso del alimento desde la boca hasta el
estómago. Este proceso se inicia de manera voluntaria y se continúa de forma
refleja involuntaria en coordinación con los movimientos de la faringe y del
aparato respiratorio.
La deglución se puede dividir en dos etapas bien diferenciadas. Una primera
preparatoria oral, en la que se forma el bolo alimenticio, que es ensalivado y
masticado para ser empujado finalmente hacia la garganta para facilitar su paso
hacia el esófago. Esta es la parte voluntaria del proceso de deglución. En este
momento comienza la fase involuntaria, en la que se detiene momentáneamente
la respiración y se produce el cierre de la entrada a la tráquea por medio de
una especie de válvula que se llama epiglotis. De esta forma queda abierto el
camino hasta el esófago, desde donde el bolo es empujado por contracciones
involuntarias que fuerzan su tránsito hasta el estómago.
Se sabe por estudios realizados durante el embarazo que el feto es capaz de
chuparse el dedo pulgar desde los cuatro meses y medio de gestación. Este acto
de succión es necesario para la alimentación del recién nacido y del lactante, que
además deberá combinarlo coordinadamente con la deglución para que la leche
pueda pasar al estómago sin entrar en las vías respiratorias. Esta capacidad se
va adquiriendo poco a poco a lo largo del desarrollo fetal, de forma que a las 32
semanas de embarazo (hacia el cuarto mes) se ha desarrollado la capacidad de
tragar, a las 34 semanas el feto es capaz de succionar de forma eficaz y a las 36
semanas coordina adecuadamente la succión con la deglución. Esta es la razón
por la que el recién nacido muy prematuro puede necesitar al principio que se
le alimente por sonda, aunque los nacidos después del octavo mes suelen ser
capaces de succionar y deglutir, aunque chupen de forma menos organizada y
más débil que el niño nacido al término del embarazo.
El niño normal tiene desde que nace unas capacidades propias de nuestra
especie que le permiten buscar el pezón de la madre (reflejo de búsqueda) y
chupar para alimentarse (reflejos de succión y deglución). Por este motivo se
aconseja poner al niño al pecho desde la primera media hora de vida, facilitando