18
¡TODOS A COMER!
MASTICAR
La masticación es el proceso mediante el cual se tritura la comida en la boca.
El alimento se lleva a los labios y se sujeta con las manos y los dientes
anteriores, caninos e incisivos, que son los encargados de cortar y desgarrar
la porción de comida que se introduce posteriormente en la boca. Una vez
en la boca, la masticación se lleva a cabo con los molares, necesitando para
ello la coordinación de movimientos de los labios, la mandíbula, las mejillas
y la lengua. Las mandíbulas, además de tener la capacidad de cerrarse con
fuerza, realizan también movimientos laterales, que ayudan a moler cada
vez más finamente el alimento. Los músculos de las mejillas, de los labios y
sobre todo de la lengua llevan continuamente los trozos más grandes bajo
los molares, recogiendo al mismo tiempo la saliva que brota de los conductos
de las
glándulas
hasta formar una pequeña masa pastosa, llamada
bolo
alimenticio
, que se puede tragar más fácilmente.
La elección de alimentos más duros y fibrosos que deban masticarse es
importante para el desarrollo dental en la infancia, aunque siempre deben
adaptarse a la maduración y capacidad de masticar que el niño tiene a las
diferentes edades.
El niño aprende a masticar a medida que tiene la oportunidad de comer
nuevos alimentos, de manera que es fundamental ofrecerle, en cuanto sea
capaz, alimentos más duros y secos que propicien un buen funcionamiento
y desarrollo dentario. Entre los nueve y los doce meses coge pequeños
alimentos y comienza a alimentarse solo y a llevarse comida a la boca,
aunque es incapaz de comer de forma autónoma hasta, al menos, los dos
años. Durante este periodo, se desarrollan a gran velocidad los sentidos, de
modo que se puede pasar de succión a cuchara, lo que permitirá paladear
mejor, y cambiar la textura: de líquido a triturado y, cuando ya tenga dientes,
a troceado. En los más mayores, algunas sugerencias pasan por proponer
cada día algún alimento al natural, que puede ser una fruta, una pequeña
ensalada o un poco de arroz integral con tomate de guarnición. Además, al
tener que masticar el niño durante más tiempo, se favorece la sensación
de tener el estómago lleno, un factor importante para la prevención de la
obesidad infantil.