En el intestino delgado, el quimo se mezcla con las secreciones pancreáticas y
con la bilis y se transforma en lo que llamamos el quilo, que ya está listo para su
absorción. Al final, el quilo llega al intestino grueso, cuya función fundamental
es la absorción de agua y sales para formar las heces con todos los materiales
no ingeridos, que se acumulan en el recto hasta el momento de su eliminación
mediante la defecación.
CAPÍTULO 1.
FISIOLOGÍA DE LA ALIMENTACIÓN
21